Juntos reescribimos la historia de Medellín

El 10 de junio de 1995, Medellín sufrió un trágico evento que dejó una profunda cicatriz en la memoria colectiva de la ciudad. Una bomba estalló en la escultura ‘El Pájaro’, ubicada en el Parque de San Antonio, dejando más de 20 víctimas fatales y más de un centenar de heridos. Esta escultura, creada por el reconocido artista Fernando Botero, quedó despedazada, pero sus restos se dejaron en el lugar como un recordatorio de la criminalidad que padecía Colombia. Botero no se dejó vencer por la tragedia y en el año 2000 entregó una réplica de la obra destruida como un símbolo de la dignificación de la vida a través del arte.

El Parque San Antonio, donde se encuentra la escultura, se ha convertido en un lugar de conmemoración y celebración de la vida. En este espacio se han realizado diversas actividades culturales y artísticas que han contribuido a sanar las heridas del pasado y a construir un futuro de paz y reconciliación. Este sería el primer hito en la reconstrucción y transformación de Medellín con base en la cultura.

La ciudad ha experimentado una asombrosa metamorfosis gracias al espíritu indomable de sus habitantes y a la labor incansable de instituciones tanto públicas como privadas. La incansable sociedad civil ha librado una batalla durante décadas para deshacerse de los señalamientos del pasado, y ha logrado que la capital antioqueña se convierta en un resplandeciente epicentro de desarrollo, no solo para Colombia, sino para toda la región.

Los territorios que alguna vez fueron de solados han sido recuperados, y las comunas ahora albergan bibliotecas, centros culturales y espacios para la práctica deportiva, generando una transformación auténtica en lo físico, lo social y lo cultural.

Las temibles motocicletas, que antes estaban asociadas con la siniestra figura de los sicarios, han dejado de ser la única alternativa de transporte para los sectores más desfavorecidos. Hoy en día, estos sectores cuentan con un sistema de transporte masivo eficiente y óptimo (motivo de envidia para toda Colombia) que incluye metro, tranvía, metrocable y teleférico, entre otros. La ciudad se ha reinventado, brindando oportunidades de movilidad que anteriormente eran inaccesibles para aquellos que más las necesitaban.

La tecnología y la innovación también han sido aspectos críticos en la transformación de Medellín. La ciudad se ha destacado en la implementación de proyectos incluyentes e innovadores y en la promoción de la economía creativa. Buena parte de esto se ha conseguido con el apoyo de expertos internacionales, empresarios, emprendedores, docentes, estudiantes y ciudadanos, que se reúnen para compartir experiencias y aprendizajes, impulsando a Medellín hacia un horizonte de infinitas posibilidades tecnológicas. Por otra parte, a través de diversas iniciativas se han proporcionado espacios para la creación y experimentación sonora y audiovisual, fomentando la creatividad y el talento de los artistas de la ciudad.

Si en los años 80 el Departamento de Estado advertía a los estadounidenses que viajar a Medellín era potencialmente peligroso, actualmente llegan millones de turistas cada año a la ciudad. Medellín tiene nuevos motivos de orgullo, y el mundo vuelve a poner los ojos sobre ella. En 2022 más de un millón y medio de turistas llegaron a la ciudad. En diciembre de ese año hubo 36 millones de dólares de derrama económica, 15 millones de dólares más que el año anterior.

La música ha desempeñado un papel fundamental en el proceso de transformación de Medellín. Desde finales de los 80, las agrupaciones y artistas paisas han utilizado su arte para comunicarle al mundo su realidad y la forma de vivir en las comunas y barrios de Medellín. “El punk de Medellín fue fundamental para hablar de esa ciudad en su momento porque era precisamente un grito, todavía no estábamos en los momentos más álgidos de la violencia, pero ya había un grito al que teníamos que reaccionar. La reacción se empieza a dar a mediados de los 90”, comenta el secretario de Cultura de Medellín, Álvaro Narváez.

lvaro Narváez. La creación de la Secretaría de Cultura, hace 21 años, marcó el comienzo de una inversión significativa en programas y políticas que buscan llevar el arte y la cultura a cada barrio de la capital antioqueña, con el propósito de crear espacios de ocio, encuentro y diálogo que generaran conexión con lo sensible y contribuyeran a la transformación de la ciudad.

“Empieza un proyecto de amar y querer más la ciudad, de trabajarla desde el arte y la cultura. Se fortalecen los procesos de formación y creación en los barrios y comunas con un apoyo a las entidades independientes. En los 90 había más o menos cinco salas independientes de teatro, chiquitas, hoy estamos hablando de que el programa de salas abiertas se presenta en 38 salas. Entonces uno empieza a ver cómo crece el tejido cultural en los barrios”, comenta Narváez.

La música y el arte han sido elementos fundamentales en la transformación de la ciudad y las comunas. Medellín ha acogido una amplia variedad de sonidos provenientes de diferentes regiones de Colombia y el mundo, convirtiéndose en un epicentro para múltiples expresiones musicales que van desde el tango hasta el rock, pasando por el hip hop, el ska, el punk, el metal, el reggae y la electrónica.

Hoy vemos algo que hace 30 años nadie habría imaginado: Medellín es una de las capitales del reggaetón a nivel global, y artistas como Karol G, Feid, Maluma o J Balvin, se han tomado el mundo, representando el talento y la perseverancia de su ciudad natal.

Mientras eso ocurre, se han desarrollado proyectos y programas de formación musical en los barrios y comunas, brindando a niños y jóvenes la oportunidad de aprender a tocar instrumentos y expresarse a través de la música. En cuanto a los proyectos culturales en los barrios, se han llevado a cabo diversas iniciativas, como la temporada de Zarzuela, los ensayos abiertos en el Teatro Metropolitano, el Festival Altavoz, y la red de música, que ha extendido su alcance a los parques, centros comerciales y teatros. Estos proyectos contribuyen a descentralizar la cultura y acercarla a todos los rincones de la ciudad.

En los últimos años, la capital antioqueña viene brindando oportunidades de formación musical y desarrollo a miles de niños, niñas y jóvenes. Con importantes inversiones se han impulsado conciertos y muestras locales y nacionales, impactando la vida de más de 100 000 personas en el año 2022.

La ciudad de Medellín ha sido testigo de un florecimiento impresionante en la industria de la moda, gracias al talento y la creatividad de diversas personas que han contribuido a su crecimiento y posicionamiento a nivel mundial. Entre ellos destaca Daniela Valencia, fundadora de TRUE, una marca de moda sostenible, reconocida por su diseño innovador y compromiso con la producción ética. Además, eventos como ColombiaModa han servido como plataforma para impulsar y exhibir el talento local, atrayendo la atención de la industria internacional. Estos actores clave han convertido a Medellín en un referente global en moda, demostrando que la ciudad está a la vanguardia de las tendencias y la creatividad.

A finales de los 80, la cocaína era el negocio que sometía a la ciudad; el artículo publicado por Rolling Stone en 1989 decía: “En la ciudad de Medellín, Colombia, la cocaína es su negocio, su único negocio. ¿Qué se necesita para convertirse en la capital mundial del narcotráfico? Trabajo duro, marketing y un talento sin límites para el asesinato”. Hoy el turismo y los eventos masivos dominan gran parte de su economía, desempeñando un papel importante en la transformación de Medellín.

La Feria de las Flores, uno de los eventos más emblemáticos de la ciudad, ha evolucionado a lo largo de los años, convirtiéndose en una fiesta cultural que reúne a miles de artistas y a millones de personas. La edición del 2022 dejó una derrama económica superior a los 30 millones de dólares y atrajo a cerca de dos millones de visitantes. El Desfile de Silleteros, uno de los momentos más destacados de la feria, reunió a 800 000 espectadores y se ha convertido en todo un símbolo.

“Al ser Medellín Ciudad Educadora de la UNESCO, hemos podido medir y generar las líneas de economía creativa, y entender que los grandes eventos iban a reactivar la economía de la ciudad después de la pandemia. Por eso fuimos la primera ciudad en hacer un evento público con asistentes, creamos la Feria de Flores con público controlado”, recuerda Narváez. “Es que, si hacemos eventos, se empieza a normalizar la economía del transporte público y todo lo que hay alrededor, los vendedores, la industria de la producción musical, comunicaciones y el tema de turismo al tener rutas de turismo cultural”.

“Sus hombres ahora exploran las carreras de motocross; varios campeones de carreras se han convertido en sicarios. El reclutamiento también se lleva a cabo en concursos de belleza, muchos de los cuales están patrocinados por la mafia para encontrar amantes y sicarios femeninos. La hermosa mujer asesina de cabello suelto inventada en Hollywood se ha hecho realidad en Medellín”, ROLLING STONE, 1989.

En el pasado, la mafia se encargaba de cegar y acabar con los sueños de los jóvenes, muchas figuras prometedoras del motociclismo eran reclutadas por las mafias para actividades criminales. Sin embargo, la sociedad medellinense ha sabido revertir la situación, encontrando en el deporte una solución para la marginalidad. Hoy en día, con el apoyo de la comunidad y de las agencias públicas y privadas, el panorama para una joven promesa es completamente diferente.

En medio del fervor futbolístico que siempre envuelve a los equipos locales, Medellín ha asumido un compromiso trascendental con el fútbol femenino y otra serie de deportes, como el patinaje, el ciclismo o el BMX demostrando una apuesta valiente por conectar el deporte con actividades inclusivas.

El deporte se convierte así en espacio para el fortalecimiento de los valores, además de un refugio donde dejamos nuestras preocupaciones y donde emergen nuevos talentos. La infraestructura deportiva ha experimentado una notable expansión, no solo en términos de cantidad, sino también en calidad. Deportistas como Mariana Pajón, Camilo Villegas, Rigoberto Urán, Santiago Botero, Fernando Gaviria, Carlos Mario Oquendo, David Ospina, Juan Fernando Quintero, Juan Guillermo Cuadrado, y Juan Pablo Ángel, han recorrido el mundo entero, dejando a Colombia y a la región de Antioquia en alto, gracias a su valioso esfuerzo y dedicación.

Medellín ha comprendido el poder del deporte, no solo en el ámbito competitivo, sino también en la construcción de una identidad colectiva. El deporte se ha establecido como un puente que une a la comunidad, una herramienta de integración social que trasciende fronteras y prejuicios.

La capital de Antioquia ha desplegado un arduo y comprometido trabajo durante décadas para alejarse de su turbulento pasado y desvanecer los estigmas que la acompañaban. Con un alto precio pagado, sus esfuerzos han dado fruto y ahora brillan con una relevancia incontestable en la economía, la tecnología, la cultura, el deporte y, en última instancia, en el progreso de toda la nación. Como un fénix resurgiendo de las cenizas, la sociedad medellinense ha forjado un camino hacia el futuro.

Con este artículo le rendimos tributo a los cuatro millones de paisas que, con una dosis desbordante de creatividad, empeño incansable, “berraquera” y un trabajo íntegro, están reescribiendo la historia, y continúan reinventando día tras día una Medellín completamente nueva. Estos artífices audaces y valientes han desatado una ola de transformación sin igual, modelando el destino de su ciudad con la fuerza de sus propias manos. Son los héroes cotidianos de esta narrativa en constante evolución, los arquitectos del futuro de la capital antioqueña.